Información del producto
Se trata de una finca rústica de grandes dimensiones y autenticidad, que cuenta con una impresionante casa señorial construida a principios del siglo XX. La finca está ubicada en un lugar privilegiado, en un entorno privado y tranquilo de más de 50 hectáreas. Las edificaciones que la componen, tanto para uso residencial como agrario, superan los 1.000 metros cuadrados construidos, lo que hace de esta propiedad un auténtico tesoro. Entre las edificaciones se encuentra la casa principal, que cuenta con una estructura sólida y en buen estado de conservación, manteniendo toda la originalidad de la época en la que fue construida. Además, la finca dispone de establos, almacenes, una era típica del campo menorquín, una cisterna de agua, una cocina de fuego y un horno de pan. Todos estos elementos añaden un gran valor y singularidad a la propiedad, ofreciendo múltiples posibilidades para adaptarla a las necesidades particulares de sus nuevos propietarios. En definitiva, se trata de una propiedad con un gran potencial para ser reformada y convertida en un auténtico paraíso rural, en un entorno natural incomparable. La finca se encuentra en el punto ideal para que los nuevos propietarios puedan adaptarla a sus necesidades, modernizando y acondicionando las edificaciones sin perder su autenticidad y encanto original.
